De la Desesperación a la Esperanza: El Poder Transformador de Dios

¡Saludos a todos nuestros lectores de Amistad Cuautitlán!

En este tiempo de reflexión y preparación para la celebración del 24 de diciembre del 2023, reflexionamos en el Capítulo 37 del libro de Ezequiel. Este mensaje poderoso nos lleva de la desesperación a la esperanza, destacando el extraordinario poder transformador de Dios en nuestras vidas.

¿Has visto un esqueleto? ¿Cómo te sentiste?

Comencemos con esta pregunta, la cual nos lleva a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y cómo a veces nos sentimos secos y desprovistos de esperanza. Pero la promesa divina es clara: «Pondré mi Espíritu en ustedes y vivirán.»

De la Muerte a la Vida: Preparación de un Milagro de Dios

El pastor Juan Carlos nos guía a través de la metáfora del Valle de los Huesos Secos, destacando cómo la muerte física y espiritual puede representar la pérdida de esperanza y conexión con Dios. Sin embargo, en medio de la sequedad, Dios prepara un milagro, mostrando su extraordinario poder al infundir vida en lo que parecía estar muerto.

El Espíritu que Da Vida

El Espíritu Santo es presentado como el viento catalizador, el aliento transformador que da vida. Nos sumergimos en la esencia divina de Dios, entendiendo que la restauración va más allá de lo físico, alcanzando la conexión y restauración espiritual más profunda.

De la Desesperación a la Esperanza: El Poder Transformador de Dios

Nos identificamos con el sentimiento de abatimiento de los israelitas, separados de su tierra y sin esperanza. Pero Dios declara un futuro mejor, un mensaje de esperanza y restauración no solo para Israel sino para toda la humanidad, incluyéndonos.

La Restauración de Dios: Aplicable a Todos

Dios tiene planes de restauración y renovación para aquellos que se sienten secos o abandonados. La restauración no es exclusiva, es para todos aquellos que buscan Su poder transformador.

Preguntas para la Reflexión Personal y Comunitaria

El blog concluye con preguntas que invitan a los lectores a reflexionar sobre su propia vida, su relación con Dios y la posibilidad de experimentar la restauración divina tanto a nivel individual como comunitario.

Experimenta el Poder Transformador en Amistad Cuautitlán

Finalmente, se destaca que, en Amistad Cuautitlán, estamos aquí para acompañarte en tu viaje de fe. Te invitamos a unirte a nosotros para experimentar la restauración de Dios y el renacer de la esperanza aún en medio de la desesperación.

Que este mensaje sea una fuente de inspiración y consuelo para todos nosotros. ¡Te esperamos en Amistad Cuautitlán para vivir juntos el poder transformador de Dios!

Con esperanza y amor,
Juan Carlos García
Pastor

Responsabilidad personal y justicia

Responsabilidad personal y justicia: Lecciones de Ezequiel 18

En el libro de Ezequiel, Capítulo 18, encontramos un poderoso mensaje que resuena a través de las generaciones: el concepto de responsabilidad y justicia personal.  Este capítulo nos desafía a reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones y el papel que juegan en la configuración de nuestras vidas.  Profundicemos en las ideas que ofrece Ezequiel 18 y exploremos cómo siguen siendo relevantes en nuestro mundo moderno.

El mensaje de la responsabilidad personal: Ezequiel 18:20 entrega un mensaje directo: «El alma que pecare, esa morirá. El hijo no sufrirá por la iniquidad del padre, ni el padre sufrirá por la iniquidad del hijo».  Este versículo subraya la responsabilidad del individuo por sus propias acciones, separando la carga de la culpa de una generación a otra.  En una sociedad donde el cambio de culpa y las excusas son comunes, esta enseñanza nos recuerda que tenemos el control de nuestras elecciones y sus consecuencias.

Romper el ciclo: el capítulo desafía la idea de que el destino está determinado únicamente por el linaje o la educación de uno.  Presenta una perspectiva refrescante de que cada persona tiene la agencia para liberarse de patrones negativos y trazar un nuevo curso.  Esta idea tiene importancia en nuestro mundo, donde las personas a menudo se sienten atrapadas por su pasado o sus circunstancias.  El mensaje de Ezequiel nos empodera para tomar las riendas de nuestras vidas y hacer cambios positivos sin importar nuestra historia.

Justicia equitativa: Ezequiel 18 aboga por la justicia equitativa, enfatizando que la justicia y la maldad se atribuyen a los individuos respectivos.  Esto se alinea con las nociones modernas de equidad y responsabilidad dentro de los marcos legales y morales.  El versículo nos recuerda que la justicia debe basarse en las acciones del individuo y no en prejuicios predeterminados, promoviendo una sociedad más justa e inclusiva.

Lecciones para hoy: Ezequiel 18 podría haber sido escrito hace siglos, pero sus enseñanzas siguen siendo tan relevantes como siempre.  En una era digital donde la información se comparte ampliamente, el principio de responsabilidad personal se vuelve aún más importante.  Internet ha hecho que sea más fácil responsabilizar a las personas por sus acciones, destacando el impacto duradero de lo que decimos y hacemos.

Ezequiel 18 sirve como un recordatorio eterno de que nuestras acciones tienen consecuencias y tenemos el poder de dar forma a nuestro destino a través de elecciones responsables.  Este capítulo nos desafía a examinar nuestras vidas, romper ciclos negativos y contribuir positivamente a nuestras comunidades.  Mientras navegamos por las complejidades del mundo moderno, la sabiduría de Ezequiel 18 continúa guiándonos hacia un camino de responsabilidad personal, justicia y cambio significativo.

Navegando las transiciones de la vida: Explorando los desafíos y oportunidades de la edad adulta

Conclusión:
Navegar por las transiciones de la vida puede ser un viaje lleno de desafíos y oportunidades. A medida que avanzamos hacia la edad adulta, es vital abrazar el cambio, confiar en Dios a través de los desafíos, aprovechar las oportunidades de crecimiento y propósito, y buscar su guía en cada transición. Recuerda, no estás solo en este viaje. Seguramente quieres crecer y conocer lo que te depara en el futuro. Haz a un lado la incertidumbre, Dios está contigo en cada paso del camino, ofreciéndote Su sabiduría, consuelo y gracia. Entonces, da un paso adelante con fe, sabiendo que lo mejor está por venir.

Introducción:
Cumplir 18 años marca un momento importante en la vida de un joven. Es un tiempo de transición, donde uno deja atrás las comodidades familiares de la infancia y se adentra en los territorios desconocidos de la edad adulta. Habrá que tomar decisiones y ser responsables denuestras acciones. Esta fase puede ser emocionante y desalentadora, llena de desafíos y oportunidades. En esta publicación, profundizaremos en el viaje de navegar las transiciones de la vida, exploraremos los obstáculos que podemos enfrentar y descubriremos las increíbles oportunidades que se avecinan.

Aceptar el cambio: las estaciones de la vida
La vida es una serie de estaciones, y la transición a la edad adulta es una de esas estaciones. Así como la tierra pasa por ciclos de cambio, nuestras vidas también pasan por períodos de transformación. Eclesiastés 3:1-8 nos recuerda que hay un tiempo para todo debajo del sol: tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de llorar y tiempo de bailar. A medida que aceptamos el cambio y reconocemos las diferentes estaciones de nuestra vida, podemos atravesar las transiciones con un sentido de propósito y esperanza.

Desafíos de la edad adulta
Entrar en la edad adulta trae consigo una buena cantidad de desafíos. Desde tomar decisiones importantes en la vida hasta encontrar nuestra identidad y enfrentar nuevas responsabilidades, el camino puede parecer abrumador a veces. ¿Sabes con quién vas a vivir el resto de tu vida? ¿Sabes a qué te vas a dedicar? Sin embargo, no estamos solos en este viaje. Proverbios 3:5-6 nos anima a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestro entendimiento. A medida que buscamos la guía de Dios, Él dirigirá nuestros caminos y brindará la sabiduría que necesitamos para superar estos desafíos.

Oportunidades de Crecimiento y Propósito
En medio de los desafíos, la edad adulta presenta oportunidades increíbles para el crecimiento y el propósito. Jeremías 29:11 nos recuerda que Dios tiene planes para prosperarnos y darnos esperanza y un futuro. A medida que avanzamos hacia la edad adulta, tenemos la oportunidad de continuar nuestra educación, descubrir nuestras pasiones y servir a los demás. 1 Pedro 4:10 nos anima a usar nuestros dones para servirnos unos a otros, contribuyendo al mejoramiento de la sociedad y encontrando satisfacción en el proceso.

Buscando la guía de Dios en las transiciones
Uno de los aspectos más cruciales de navegar las transiciones de la vida es buscar la guía de Dios. Proverbios 16:9 nos asegura que en nuestro corazón planeamos nuestro rumbo, pero es el Señor quien establece nuestros pasos. Si confiamos en la dirección de Dios y escuchamos la voz apacible y delicada del Espíritu Santo, podemos tomar decisiones con confianza, sabiendo que Él nos está guiando fielmente a lo largo del camino. El Salmo 32:8 nos recuerda que Dios nos instruirá y nos enseñará el camino que debemos seguir. Se requiere desarrollar el rasgo de carácter Flexible para recibir la Palabra de Dios, entenderla y aplicarla en nuestras vidas.

En esta publicación, hemos explorado los desafíos y las oportunidades que surgen a medida que hacemos la transición a la edad adulta. Es mi oración que estas ideas te inspiren a aceptar el cambio, enfrentar los desafíos con fe y perseguir el propósito y el potencial que tienes por delante con la ayuda de Dios. Recuerda, estás equipado para navegar por las transiciones de la vida y tener un impacto significativo en el mundo que te rodea.

La profecía no es sólo un ejercicio intelectual, también debe vivirse. Te explico cómo.

El libro de Ezequiel está lleno de visiones proféticas y actos simbólicos que permiten vislumbrar la mente y la voluntad de Dios. Uno de los capítulos más intrigantes y simbólicos de este libro es el capítulo 4, que presenta una extraordinaria ayuda visual que Ezequiel recibió instrucciones de realizar como señal de juicio contra Jerusalén.

En este capítulo, Dios le ordena a Ezequiel que tome un ladrillo y dibuje en él una representación de la ciudad de Jerusalén. Luego se le indicó que colocara una plancha de hierro entre él y el ladrillo y que se acostara sobre su lado izquierdo durante 390 días, que era el número de años que Israel sufriría bajo el cautiverio babilónico. Después de esto, se acostaría sobre su lado derecho durante 40 días, que era el número de años que Judá sufriría bajo el mismo cautiverio.

Ezequiel también recibió instrucciones de comer una dieta limitada y específica durante este tiempo, que incluía una mezcla de granos, frijoles, lentejas, mijo y cebada, cocidos sobre excrementos humanos. Este fue un acto simbólico que representaba la severa hambruna que vendría sobre el pueblo de Jerusalén.

Toda la escena estaba destinada a ser una señal vívida e inquietante para el pueblo de Israel, una representación tangible del juicio que vendría sobre ellos. El simbolismo del ladrillo, la sartén de hierro y los alimentos específicos que Ezequiel debía comer tenían la intención de comunicar la severidad del juicio venidero.

Pero más allá del acto simbólico en sí, hay un significado más profundo en este capítulo. El énfasis en el acto simbólico sirve para enfatizar el significado de la profecía misma. La profecía no es solo un mensaje para ser escuchado o leído; es algo para ser experimentado, algo que debería impulsarnos a la acción.

Mediante el uso de símbolos y ayudas visuales, Dios comunica Su mensaje de una manera poderosa y memorable. El acto simbólico de Ezequiel no fue solo un espectáculo extraño e inquietante, fue un mensaje de Dios que perduraría en el pueblo de Israel durante las generaciones venideras.

Hoy en día, puede que no seamos llamados a realizar actos tan dramáticos y simbólicos, pero el mensaje del capítulo 4 de Ezequiel sigue siendo relevante. La profecía no es sólo un ejercicio intelectual; es una llamada a la acción. Estamos llamados a tomar en serio las advertencias y mensajes de Dios y responder con arrepentimiento y obediencia.

El libro de Ezequiel y otros libros proféticos, nos hacen recordar que el simbolismo y las ayudas visuales utilizadas por los profetas no son solo florituras decorativas. Son elementos esenciales del mensaje que Dios nos está comunicando, y debemos tomarlos en serio. Que podamos responder a la palabra profética de Dios con humildad, obediencia y voluntad de actuar.

Depende de Dios. Así es como debes hacerlo.

En nuestra vida diaria, a menudo nos enfrentamos a situaciones difíciles que pueden hacernos sentir abrumados e inseguros. Podemos encontrarnos haciendo preguntas como «¿Por qué yo?» o «¿Qué hice para merecer esto?» Es en estos momentos que debemos recordar las palabras de Romanos 8:18: “Porque considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son comparables con la gloria que se nos ha de revelar”.

Este versículo nos recuerda que incluso en medio de nuestras luchas, podemos encontrar esperanza en la promesa de un futuro mejor. También nos recuerda que nuestros sufrimientos actuales, por difíciles que sean, son temporales e insignificantes comparados con el gozo eterno que nos espera en el cielo.

Una de las formas en que podemos aprovechar esta esperanza y encontrar fortaleza en tiempos difíciles es a través de la oración. La oración es una herramienta poderosa que nos conecta con Dios y nos ayuda a buscar su guía, consuelo y fortaleza. A través de la oración, podemos profundizar nuestra relación con Dios y aprender a confiar más plenamente en Él.

Aprender a orar puede ser un desafío, especialmente si no estamos acostumbrados a dedicar tiempo a la oración en nuestras ocupadas vidas. Sin embargo, es una habilidad que se puede desarrollar con práctica y paciencia. Aquí hay algunos consejos para ayudarlo a convertirse en una oración más efectiva e intencional:

  1. Aparta un tiempo para la oración cada día. Incluso si son solo unos minutos, hacer de la oración un hábito diario puede ayudarlo a mantenerse conectado con Dios y hacer espacio para Él en su vida.
  2. Sé honesto con Dios. No tengas miedo de compartir tus dudas, miedos y luchas con Él. Él ya sabe lo que hay en tu corazón, pero compartirlo con Él puede ayudarte a procesar tus emociones y encontrar la paz.
  3. Utiliza las Escrituras como guía. La Biblia está llena de oraciones y promesas que pueden inspirarnos y animarnos en nuestra propia vida de oración. Utilice las Escrituras como guía para sus oraciones y permita que moldeen sus pensamientos y sentimientos.
  4. Escucha la voz de Dios. La oración no se trata solo de hablar con Dios, sino también de escuchar su respuesta. Quédate quieto y escucha Su voz, ya sea a través de la Biblia, un amigo o un sentimiento en tu corazón.

A medida que aprendemos a orar y nos volvemos más dependientes de Dios, podemos encontrar fortaleza y esperanza en medio de nuestras pruebas. Recuerda que no importa por lo que estemos pasando, nuestros sufrimientos presentes son temporales e insignificantes comparados con la gloria eterna que nos espera en el cielo. Así que perseveremos en la oración y confiemos en el amor y la fidelidad de Dios.

Por qué debemos creer en Jesús.

Cree en Jesús


Reflexiones sobre Marcos 14:53-65

El pasaje de Marcos 14:53-65 proporciona un argumento convincente de por qué debemos creer en Jesucristo. En este relato vemos cómo Jesús es tratado por los líderes religiosos de su tiempo, y cómo su comportamiento tranquilo y firme contrasta con su comportamiento agresivo y vengativo de ellos. Este pasaje nos da varias razones por las que debemos creer en Jesús y por qué debemos confiar en él como nuestro Señor y Salvador.

En primer lugar, vemos que Jesús es un hombre inocente. A lo largo de este pasaje, el Sanedrín trata de encontrar formas de acusarlo de un crimen, pero no pueden hacerlo. Traen testigos falsos, pero sus historias no concuerdan. Intentan atraparlo con preguntas, pero él siempre responde con sabiduría y verdad. Incluso cuando el sumo sacerdote le pregunta directamente si él es el Mesías, el Hijo de Dios, Jesús responde con sencillez y sinceridad: «Yo soy» (Mc 14,62). Este es un hombre que no ha hecho nada malo y, sin embargo, es condenado por las mismas personas que deberían defender la justicia y la rectitud.

En segundo lugar, vemos que Jesús está dispuesto a sufrir por nosotros. Mientras está de pie ante el Sanedrín, Jesús sabe lo que viene. Sabe que será golpeado, burlado y finalmente condenado a muerte. Y, sin embargo, no se resiste. Él no se defiende. Ni siquiera trata de defenderse. En cambio, se somete a su prueba, sabiendo que está cumpliendo la voluntad de su Padre que está en los cielos. Esta es una poderosa demostración de amor y sacrificio. Jesús está dispuesto a soportar todo esto por el bien de aquellos que creerán en él.

En tercer lugar, vemos que Jesús es quien dice ser. Cuando el sumo sacerdote le pregunta si él es el Mesías, el Hijo de Dios, Jesús responde con una clara afirmación: «Yo soy» (Mc 14,62). Esta es una declaración audaz, y habría sido una blasfemia si no fuera verdad. Pero Jesús no está haciendo un reclamo vacío. A lo largo de su ministerio, ha demostrado su poder y autoridad a través de sus milagros y enseñanzas. Ha demostrado que no es solo un gran maestro o profeta, sino que es el Hijo de Dios, enviado para salvar al mundo.

A la luz de estas verdades, nos sentimos atraídos a creer en Jesús y a confiar en él como nuestro Señor y Salvador. Podemos tener confianza en que él es quien dice ser y que está dispuesto a sufrir por nosotros. Podemos descansar sabiendo que él es inocente y que ha tomado nuestro lugar en la cruz, pagando la pena por nuestros pecados. Al reflexionar sobre los eventos que llevaron al juicio y crucifixión de Jesús, recordamos el gran amor que él tiene por nosotros, y somos inspirados a vivir nuestras vidas de una manera que lo honre y lo glorifique.

Es importante que todos lleguemos a conocer el amor y la gracia de Jesucristo, y que vivamos nuestras vidas de una manera que refleje su amor y sacrificio. Confiemos en él con todo nuestro corazón y sigámoslo dondequiera que nos lleve.

El poder de la empatía: cómo ser un mejor ser humano a través del servicio

Basado en Juan 13:1-20

Jesús lavando los pies de sus discípulos.

En la sociedad de hoy, a menudo se nos dice que el éxito y la felicidad provienen de lograr poder, riqueza y estatus. Se nos dice que debemos esforzarnos por la grandeza, escalar la escalera del éxito y ser los mejores. Sin embargo, como vemos en Juan 13:1-20, la verdadera grandeza no proviene del poder o la posición, sino de servir a los demás con humildad y amor.

El ejemplo de la humildad de Cristo

En este pasaje, Jesús lava los pies de sus discípulos, un acto de servicio reservado para los sirvientes más bajos. Al hacerlo, nos muestra que la verdadera grandeza no proviene del estatus o el poder, sino de servir a los demás. Él establece un ejemplo para que lo sigamos, enseñándonos que el amor y la humildad van de la mano. En un mundo que valora el éxito basado en posesiones materiales y estatus, puede ser fácil olvidar la importancia de servir a los demás. Sin embargo, como seguidores de Cristo, estamos llamados a amar y servir a los demás, tal como él lo hizo.

El llamado a seguir el ejemplo de Cristo

En Juan 13:14-15, Jesús dice: «Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes». Jesús está diciéndole a sus discípulos – y a nosotros – que si queremos seguirlo, debemos seguir su ejemplo de servicio y humildad. Seguir el ejemplo de Cristo significa estar dispuestos a servir a los demás, incluso si significa poner nuestras propias necesidades y deseos a un lado. Significa reconocer que no somos el centro del universo y que la verdadera grandeza proviene de servir a los demás. Significa humillarnos, tal como lo hizo Cristo cuando lavó los pies de sus discípulos.

La bendición de seguir el ejemplo de Cristo

Jesús nos promete una bendición si seguimos su ejemplo de servicio y humildad. En Juan 13:17, dice: «Pues ya saben estas cosas, y serán felices si las ponen en práctica». La bendición de servir a los demás es que nos permite amar como Cristo nos amó. Nos permite poner las necesidades de los demás antes que las nuestras y mostrarles el amor y la compasión de Cristo. Cuando servimos a los demás con humildad, podemos romper las barreras que nos separan y crear un sentido de comunidad y unidad. Podemos mostrar el amor de Cristo de maneras tangibles, ya sea mediante el voluntariado en un refugio local o simplemente ayudando a un vecino necesitado.

Aplicación:

El llamado a la humildad y el servicio que vemos en Juan 13:1-20 es un recordatorio poderoso de lo que realmente importa en la vida. No se trata de acumular poder o riqueza, sino de servir a los demás con amor y humildad, tal como lo hizo Cristo. Siguiendo el ejemplo de Jesús, podemos romper las barreras que nos separan y construir comunidades fuertes y amorosas. Podemos demostrar el amor y la compasión de Cristo a través de nuestros actos de servicio y humildad. Y, como promete Jesús, seremos felices si ponemos en práctica estos principios en nuestras vidas.

Entonces, ¿cómo podemos poner en práctica el llamado a la humildad y el servicio en nuestras propias vidas? Busquemos oportunidades para servir a los demás, ya sea a través del servicio en nuestra iglesia local, ayudando a un vecino necesitado o simplemente buscando maneras de ser amables y compasivos en nuestra vida diaria. También podemos cultivar la humildad en nuestras propias vidas, reconociendo que no somos el centro del universo y que la verdadera grandeza proviene de servir a los demás. Podemos practicar la empatía y la compasión, poniéndonos en los zapatos de los demás y tratando a los demás con el mismo amor y respeto que deseamos para nosotros mismos.

En resumen, el llamado a la humildad y el servicio es un recordatorio poderoso de lo que realmente importa en la vida. Si seguimos el ejemplo de Cristo y nos esforzamos por servir a los demás con amor y humildad, podemos experimentar la verdadera grandeza y felicidad en nuestras vidas.

Pato o Águila, tú decides.

Te comparto esta reflexión esperando que sea de bendición para tu vida:

Harvey Mackay estaba esperando en la cola de un taxi en el aeropuerto. Cuando se detuvo un taxi, lo primero que notó Harvey fue que el taxi estaba pulido hasta tener un brillo resplandeciente. Elegantemente vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros recién planchados, Wally, el taxista, saltó y rodeó el auto para abrir la puerta trasera. Harvey notó que el interior de la cabina hacía juego con el exterior: impecablemente limpio. Cuando Wally se sentó detrás del volante, dijo: “¿Quieres una taza de café? Tengo un termo de regular y uno de descafeinado. Bromeando, Harvey dijo: “No, prefiero un refresco”. Wally sonrió y dijo: “No hay problema. Tengo una hielera al frente con Coca-Cola normal y dietética., agua y jugo de naranja.” Casi tartamudeando, Harvey dijo: “Tomaré una Coca-Cola Light”. Al darle a Harvey su bebida, Wally dijo: «Si quieres algo para leer, tengo The Wall Street Journal, Time, Sports Illustrated y USA Today».

Cuando el taxi se alejó de la acera, Wally le entregó a Harvey una tarjeta plastificada y dijo: «Estas son las estaciones que recibo y la música que ponen si desea escuchar la radio». Como si eso no fuera suficiente, Wally le dijo a Harvey que el aire acondicionado estaba encendido y preguntó si la temperatura era agradable. Luego, el conductor le informó a Harvey sobre la mejor ruta a su destino para esa hora del día. Wally también le hizo saber a Harvey que estaría feliz de conversar y contarle sobre algunos de los lugares de interés o, si Harvey lo prefería, dejarlo con sus propios pensamientos. “Dime, Wally”, preguntó el asombrado pasajero, “¿siempre has atendido a los clientes así?” Wally sonrió y miró por el espejo retrovisor. “No, no siempre. De hecho, sólo ha sido en los últimos dos años. Mis primeros cinco años conduciendo, pasé la mayor parte del tiempo quejándome como lo hacen el resto de los taxistas. Luego escuché a un tipo en la radio decir que si te levantas por la mañana esperando tener un mal día, rara vez te decepcionarás a ti mismo. Él dijo: ‘Deja de quejarte. Diferénciate de tu competencia. no seas un pato.

Sé un águila. Los patos graznan y se quejan. Las águilas vuelan por encima de la multitud”. “Así que decidí cambiar mi actitud y convertirme en águila . Miré a los otros taxis ya sus conductores. Los taxis estaban sucios, los conductores eran antipáticos y los clientes no estaban contentos. Así que decidí hacer algunos cambios. Pongo unos pocos a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más”. “Supongo que te ha valido la pena”, dijo Harvey. «Seguro que sí», respondió Wally. “Mi primer año como águila, dupliqué mis ingresos del año anterior. Este año, probablemente lo cuadruplique”. Wally, el taxista, tomó una decisión diferente. Decidió dejar de graznar como un pato y comenzar a planear como un águila.

Tomado de la columna del periodista Harvey Mackay, autor del bestseller número 1 del New York Times «Nadar con los tiburones sin ser comido vivo».

Sé que esto puede parecer un montón de tonterías de «autoayuda», pero es verdad. Creo que los gurús de la autoayuda simplemente lo arrancaron de las Escrituras.

Aquí está:

pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan.

Isaías 40:31 RVC

¿Pato o águila? Es tu elección.

Amar como Jesús en medio de una cultura de tolerancia.

En este tiempo donde la tolerancia es invocada por todos lados, a veces parece que ser cristiano es ser diferente y muchas veces se nos etiqueta como intolerantes. ¿Pueden coexistir la tolerancia y la fe? La gente no siempre va a estar de acuerdo con nosotros y, de hecho, se hacen hostiles hacia los cristianos que manifestamos convicciones bíblicas y cristianas. Sin duda, la forma en que Jesús lidió con las opiniones diferentes marca la opción que debemos seguir. Estarás de acuerdo que una actitud de perdón y una postura de misericordia o compasión nos ayudarán a caminar en sabiduría hacia aquellas personas que piensan y actúan diferente que nosotros los cristianos. Por ello veremos seis formas de cómo amar a las personas.

Controla tus emociones.

Jesús enfrentó a gente obstinada y terca. Los fariseos y escribas, multitudes confundidas y a un gobierno indiferente quienes se resistían a aceptarle. Vemos en Marcos 3:5 que él llegó a enojarse y a entristecerse debido a la dureza de sus corazones, sin embargo, realiza el milagro de sanar la mano del hombre que la tenía paralizada, al mismo tiempo. A pesar de su enojo (sin pecado) y su tristeza, el Señor Jesús controló sus emociones y decidió hacer la voluntad de Dios en su vida, mostrándonos así lo que podemos hacer, mantener en control nuestras emociones.

Vence el mal haciendo el bien.

Siempre he admirado en Jesús que tenía un objetivo claro cuando estuvo aquí en la tierra, buscaba salvar a los perdidos, esa era su misión. Tenía una determinación impresionante de no permitir que otros lo desviaran de su propósito. Muchas personas organizan protestas y publican en las redes sociales insultos para responder a quien piensa diferente que ellos. ¿Recuerdas cómo reaccionó Pedro, el discípulo de Jesús, cuando venían por el Señor para llevárselo y condenarlo? Pedro trató de pagar mal por el mal cuando le rebanó la oreja a un guardia romano; pero el Señor reaccionó con una actitud sanadora, ¡le sanó la oreja! ¿Cuál será nuestra reacción cuando enfrentemos oposición a nuestra fe? La Palabra de Dios nos desafía en Romanos 12:17: Nunca le paguen a nadie mal con mal. Al contrario, busquen hacerles el bien a todos.

Ama a los que se te oponen.

Si, ya sé que debemos orar por nuestros enemigos; pero amarlos es algo más cristiano y valioso. ¿Cómo hacerlo? Debemos recordar que nuestros oponentes no son personas físicas. Nuestra lucha es contra ideologías, fortalezas o patrones de pensamiento y creencias. Sabemos, por lo que dice Efesios 6, que nuestra verdadera guerra es en el mundo espiritual y así debemos pelear, con las armas espirituales que la Palabra de Dios nos da. Las personas, realmente viven confundidas y no les ha amanecido porque están cautivos por el enemigo, ese sí, de nuestras almas. Por eso no debemos luchar o pelear contra las personas sino contra nuestros verdaderos enemigos. Pero ¿Cuál es el siguiente paso?

Busca un cambio de corazón y no un cambio de opinión.

¿Qué hacer cuando las cosas se pongan difíciles? ¿En qué términos debemos pelear? Jesús se enfrentó a sus oponentes con Gracia y Verdad. ¿Recuerdas cuándo llegó al templo y vio a los mercaderes y cambistas allí? Les volteó las mesas, literal y estratégicamente. Si se enojó; pero no se peleó con ellos ni en sus términos. En otro caso, confrontó a los fariseos y escribas preguntándoles: “¿Qué es más fácil? ¿Decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”?

Deja que el Espíritu Santo te guíe.

¿Cómo amar a una persona adicta, esquizofrénica, a la chica que vive con su novio o transgénero? Hay que hacer a un lado nuestra mente estrecha y ver lo que la Palabra de Dios nos dice en 1 Corintios 13:4-7:

El amor es paciente, es benigno; el amor no es envidioso; el amor no es presumido ni orgulloso; no se comporta con rudeza ni es egoísta ni se enoja fácilmente ni guarda rencor; al amor no le gustan las injusticias y se regocija cuando triunfa la verdad. El amor disculpa todos los errores, siempre confía en la persona amada, espera de ella lo mejor y todo lo soporta.

En el contexto de esta cita, se nos habla de los dones y habilidades que el Espíritu Santo nos da y, por ello, se trata de permitir que sea el Espíritu Santo quien nos ayude a hacer la diferencia. Para marcar la diferencia se necesita amor. Sólo el Espíritu Santo nos puede dar ese tipo de amor sobrenatural por las personas. Esa es mi oración, que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y/o nos ayude a desarrollar ese tipo de amor, ese tipo de mentalidad y ese tipo de corazón hacia los demás. Es decir, no se trata de ser sólo tolerantes con los demás. El Espíritu de Verdad de Dios siempre será más fuerte que la tolerancia de la cultura. O tú ¿qué opinas?

Orando por dirección a Dios.

Padre celestial, estamos orando y nos ponemos de acuerdo en el maravilloso y poderoso nombre de tu hijo Jesucristo. Tu Palabra dice que en donde dos o tres estén reunidos allí estarás tú en medio de ellos y cualquier cosa en la que nos pongamos de acuerdo Tú la harás.

Padre, en el nombre de Jesús no hay distancia en el Espíritu y nosotros te agradecemos y por eso oramos a ti.

Padre, gracias por otra mañana en la que tú derramas tus bendiciones sobre nosotros. Este es un día más de bendición que Tú haces Señor y nosotros nos alegraremos y gozaremos en él. Guíanos a través de todas nuestras acciones y ayúdanos  para hacer más tu voluntad en todo lo que emprendamos. Que nuestro corazón desee usar los dones y talentos que tú nos has dado para servirte y darte la gloria sólo a ti. Que nunca nos olvidemos de ser agradecidos por todo lo que tú haces, aún en esos momentos tan difíciles. Si tú estás con nosotros Señor, ¿quién contra nosotros?

Señor, que nuestros pensamientos estén llenos de esperanza y valor en Cristo Jesús el día de hoy. Por favor, dános la fuerza para enfrentar cualquier desafío que venga en nuestro camino y hacer que cada momento cuente. 

Estamos de acuerdo y oramos por la dirección del Espíritu Santo en este viaje que representa nuestra vida no importando qué cosas sucedan, sabemos que tu voluntad es darnos la victoria en cada batalla que enfrentamos y respondes a cada una de nuestras preguntas.

Presentamos delante de ti nuestros corazones abiertos a tu dirección y consejo. Somos humildes y te agradecemos por tantas bendiciones que nos has otorgado, las que se ven y las que no se ven, también. Te alabamos porque reconocemos que tú nos das de tu poder para vencer cualquier barrera que se quiera interponer a nuestro paso.

Espíritu Santo, dános las palabras que requerimos hablar en cada situación, danos palabra de sabiduría y consejo. Guíanos en nuestros pensamientos, decisiones y acciones. Señor, derrama de tu Gracia y Misericordia que genuinamente estamos buscando. Queremos seguir y hacer tu voluntad.

Ayúdanos Señor a tener un refrescamiento y renovación en nuestras vidas al estar en tu presencia. Que esa paz que sobrepasa todo entendimiento sature nuestro corazón y entendimiento.

Gracias Señor por esa fortaleza y valor que nos das cuando es probada nuestra fe. Ayúdanos a mantenernos fuertes y a enfrentar la adversidad. Sabemos cuánto nos amas Señor y por eso te lo pedimos ahora.
Tú eres Jehová Jireh y sabemos que provees para suplir todas nuestras necesidades, aún cuando a veces lo ignoramos. Abre nuestros ojos para ver tu amor dondequiera que lo estés mostrando. Ayúdanos a confiar en ti Señor, aún cuando las circunstancias parecen inciertas o terribles.

Confiamos, Señor, en que no importa las pruebas que vengan a nuestra vida, tú siempre estarás con nosotros. Tú nunca fallas ni te olvidas de nosotros. Siempre nos ofreces tu consuelo y dirección cuando los tiempos son difíciles. Sabemos que nuestras necesidades serán suplidas en la medida que primero te busquemos a ti, Señor.
Tu provisión sobrenatural se desborda en nuestra vida, tú nos bendices grandemente.

Viviremos con propósito cada día de nuestra vida, viviremos intencionalmente el evangelio y no andaremos sin rumbo ni actuaremos imprudentemente.
Dános de tu sabiduría así como lo has prometido en tu Palabra para que tomemos sabias decisiones en todos los aspectos de la vida, aún en esas pequeñas decisiones y también en las grandes, las que marcan nuestra vida.

Queremos vivir apasionados y bien prendidos para hacer las buenas obras que como hijos tuyos nos corresponde hacer mientras vivamos en esta tierra. Queremos vivir con propósito y visión de lo eterno al mismo tiempo.

Nosotros creemos que recibiremos lo que estamos orando y pidiendo en tu nombre señor Jesús y te damos la gloria sabedores que esta oración es contestada por ti, que eres nuestro Dios y Señor.

Oramos en el precioso y maravilloso nombre de Jesús.

Amén.

Enfrentando los Cambios

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Ya se aproxima el Día de las Madres y este post lo estoy escribiendo en razón de ello. Las mujeres que se convierten en madres son expertas en experimentar y enfrentar cambios en su vida. Sin duda, deben enfrentar muchos cambios emocionales, a veces, en el límite; pero siempre enfrentando la vida y trabajando al extremo porque los cambios generan movimiento y transformación. La pregunta que tengo para las mujeres y madres es ¿Hacia dónde te estás moviendo y en qué te estás transformando?

En la Biblia, tenemos el caso de Rut, una mujer moabita que debió dejar su familia, sus costumbres, su cultura, su idioma para irse a vivir a Belén con su suegra en busca de un futuro que la redimiera. Es conocida su declaración con la que declaró su fidelidad a Noemí y a Dios. Ese fue el principio para que ella viviera un futuro totalmente diferente a lo que había vivido en su niñez y parte de su juventud. Su compromiso no fue con su suegra, fue con Dios. A pesar de su tragedia compartida, Rut y Noemí nos enseñan con su decisión la forma en que debemos considerar a Dios más allá de nuestras circunstancias y relaciones personales. Cuando pongas a Dios en primer lugar no tendrás por qué preocuparte acerca de tu futuro, pues el Señor te guiará y suplirá todas tus necesidades afectivas. Dios es proveedor de todas tus necesidades emocionales, financieras y espirituales. Te dará certidumbre y esperanza siempre pues es Él quien convierte las tragedias en bendiciones.

Cuando una mujer es madre desarrolla habilidades especiales acerca de cómo levantar a sus hijos. Una madre que toma en cuenta el propósito de Dios para su vida se comprometerá levantar a sus hijos como verdaderos hijos y adoradores de Dios. En la Biblia hay muchos ejemplos. Jocabed, Ana y María, la madre de Jesús son ejemplos y nos enseñan la importancia de saber transmitir los principios y valores del Padre a sus hijos. Veo en la madre de Moisés, Jocabed, una mujer que confió en Dios y le entregó a su hijo buscando que se cumpliera el propósito de Dios en él. Ella fue quien le dio la identidad y los valores necesarios para que más tarde se convirtiera en el líder que sacó a su pueblo de la esclavitud. Ana, también debió entregar a su hijo para que fuera el profeta y juez en Israel y a la postre, el hombre que ungiría a los dos primeros reyes de su pueblo. Finalmente, María, la madre de Jesús nos enseña cómo amó a su hijo a pesar de los cambios que él fue presentando en su adolescencia, permitiendo que su hijo buscara estar en las cosas del Padre antes que en cualquier otra cosa. Lo importante, pues, es que tus hijos tengan una visión de lo eterno y una relación personal con el Espíritu de Dios. Que ese sea el verdadero cambio para sus vidas, que se vuelvan a Dios.

¿Qué debe hacer una mujer actual? Sin duda, buscar a Dios primeramente. Si estás soltera, él te mostrará quién será la mejor persona con la cual habrás de vivir tu futuro. Te mostrará el camino del virtuosismo, ese que requiere esfuerzo, disciplina y trabajo. Dios querrá prosperarte y seguramente te dará hijos como bendición para que puedas instruirlos y enseñarles a relacionarse con Dios. Cambiará tu tragedia en bendición. Si tienes hijos, enséñales a crecer en gracia y en sabiduría. Entrégaselos a Dios, que sea el Espíritu de Dios quien les enseñe a tomar las decisiones de lo eterno. Enséñales a confiar en el Padre celestial y a vivir con la seguridad que no estarán desamparados. Enséñales a vivir siendo transformados por la Palabra de Dios y no importando los cambios, que siempre se mantengan firmes en su fe. Enséñales a tomar decisiones basadas en los principios bíblicos de Dios. Dales la oportunidad que emprendan ministerios de Dios y de servicio a las personas que necesitan el evangelio. Más allá de que logren el éxito, que aprendan a ser aprobados por Dios y conozcan el poder transformador del evangelio. No te arrepentirás de hacerlo, pues enfrentarán los cambios con la mejor ayuda y el mejor guía, el Espíritu Santo. Atrévete a cambiar siempre considerando a Dios para la toma adecuada de tus decisiones. Te irá bien.

 

Proverbios 31:30 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;

La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

 

Lucas 2:52 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

Sé un hombre de carácter

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¿Alguien me podría decir qué significa ser un hombre de Dios? Más allá de asistir a una congregación cristiana, tener pláticas acerca de Dios y decir que somos creyentes hay un Camino que demanda más que eso. No se trata de ir a la Iglesia sino ser la iglesia, tampoco de ser un fan de Jesús, sino ser su discípulo. Habrá que dejar a un lado los paradigmas de Iglesia por los de Jesús. Es una buena idea leer la Biblia; pero más y mejor, llevar a la práctica sus principios con un compromiso que trasciende a la religión.

¿Conoces a alguien más grande que tú? Si, a alguien que sea muy alto y fuerte, pienso nadie quiere tener a ese tipo de enemigos. En muchas ocasiones el temor y la incredulidad hacen que nuestro valor sea mínimo, por lo que se requiere un espíritu de lucha así como el que desarrolló David, ese pastor de ovejas que se convirtió en rey.  El gigante Goliat había menospreciado al pueblo de Israel con su fanfarronería y apariencia de grande; pero no contaba con el carácter que David había desarrollado al pelear contra animales salvajes en el campo. Más que la fuerza, su confianza en Dios le permitía enfrentar a un enemigo, evidentemente más grande y poderoso. La Biblia dice que el Espíritu de Dios estaba en él. Su experiencia como pastor, su fe en Dios, su valor juvenil y su celo por el Dios vivo lo llevaron a ser un ejemplo para nuestras vidas. Ese ejemplo, de tomarlo en cuenta, te llevará a desarrollar un espíritu de lucha y confianza en Dios, tan grandes que no importará el tamaño de tus problemas. ¡Atrévete a ser diferente y a ganarle al enemigo!

Ser cristiano e hijo de Dios implica, a parte de ese espíritu de lucha, un compromiso total con Dios. Jesús vino para darnos vida abundante y eterna. Se sabe de personas que adquieren riquezas y tienen grandes logros en su vida; pero terminan solos, tristes y envueltos en depresión porque nada les satisface. Nuestro compromiso con Dios debe ser total. Si valoramos la vida eterna entenderemos que no hay nada que podamos hacer nosotros para pagarla. La vida eterna es más importante que la vida terrenal para aquel que se precia de ser cristiano. ¿Qué pasaría si Jesús te pidiera que vendieras todo y lo que ganaras se lo dieras a los pobres? La forma en que puedes comenzar a tener una mentalidad de vivir para el reino de Dios es que empieces por establecer las prioridades correctas en tu vida. David fue un gran luchador porque tuvo intimidad con Dios, conocía a Dios y desarrolló sus habilidades de la mano de Dios. Tu fe será desafiada. Comienza por darle el primer lugar a Dios en tu vida y disponte a entregar todo para su gloria. Prepárate para a obedecer sus principios y mandamientos. Serás un hombre con carácter.

Un espíritu de lucha y un compromiso total te darán la oportunidad de caminar con Dios para desarrollar una fe inquebrantable. Siempre me ha llamado la atención cómo Dios le pide en Génesis 22 a Abraham que le entregue a su hijo Isaac en sacrificio. Su único hijo que le podría dar descendientes y la seguridad de que se cumpliera la promesa de Dios que sería llamado «padre de multitudes». ¿Qué fuerte no? Dios va a probar tu fe a través de tu obediencia. ¿Obedeces a Dios? Cuando tú aprendas a confiar en Dios podrás obedecer como sí lo hizo Abraham. Así son los verdaderos discípulos de Dios, le creen, se comprometen con él y le obedecen pase lo que pase. Si, si tú dices que eres un cristiano, tu fe será probada con tu obediencia a la Palabra de Él. Recuerda, Dios no anda buscando fans, anhela corazones y gente que le adore en espíritu y en verdad, es decir, que sean obedientes. Eso es lo que da carácter.

Ser un hombre de Dios requiere un espíritu de lucha como el de David y depositar tu confianza en el Todopoderoso para no ver el tamaño de tus problemas.  Ser un hombre de Dios requerirá que no pongas tu corazón en las riquezas, que seas capaz de hacer un compromiso total y que te entregues plenamente a Él. No lo dudes, Dios no te traicionará, no te abandonará, no te dejará. Comprométete y déja que Él se haga cargo de tu vida. Aprende a obedecer los mandamientos de Dios. Si Dios te ha dicho que hagas algo, hazlo. ¿Por qué poner excusas? ¿Por qué actuar a escondidas? Dios está buscando gente con carácter, que su si, sea si y que su no al pecado, sea no. Sé un hombre de carácter, sé un hombre de Dios.

Alma Mía

Salmos 103:1 RV 1960

(1) Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Recuerdo, cuando era un niño, en la casa donde vivía teníamos corrales donde había guajolotes, gallinas y conejos, eran tres corrales, de hecho. Una de las cosas que yo hacía cuando iba a limpiarles, era ponerme a platicar con los animales como si fueran personas. Les contaba como me sentía y qué pensaba de las situaciones de la vida. Con el tiempo ya no tuve esa tarea por hacer y tampoco a esos animales a los que les podía hablar, entonces llegó el tiempo, de literalmente, hacer soliloquios.

Muchas veces me he encontrado hablando, reflexionando y diciendo cosas a mí mismo. ¿Te ha pasado? No, no pienses que estoy al borde la locura. Déjame te platico el último que tuve:

Salí de mi casa en mi bicicleta, un poco aturdido por varias cosas que han pasado en mi vida, y elegí una autopista que está cerca de la casa para dar una vuelta, pasados unos 10 kilómetros iba orando y hablando con el Señor y ya me estaba cansando cuando me tocaba subir una pendiente, ya casi no tenía fuerzas y me dolían las piernas. De repente me vi diciéndome ¡Vamos, tú puedes!, ¡tú eres un hijo de Dios, él te da fuerzas, sigue, no te detengas! Me estaba dando palabras de ánimo a mí mismo, después de haber pedaleado y orar a Dios. Terminé cansado, si; pero bastante animado para seguir en la obra de Dios y enfrentar un fin de semana muy atareado de conferencias, consejería y asuntos familiares. Dios me dio su fortaleza.

Dudé en escribir esto porque quizá alguien habría de pensar que estoy hablando con mi «alter ego», en una disociación de personalidad; pero no, créeme que no es así. descubrí que el salmista recurría a esta forma de expresarse para levantar no nada más su ánimo, sino también sus convicciones. Pensé, no soy el único.

Cuando nadie te pueda decir algo, cuando sientas que las fuerzas se te van, háblale a tu alma en tercera persona y afirma tus convicciones. Cosas como ésta pueden ser de bendición:

Bendice, Juan Carlos, a Dios, ¡bendícelo!

  • No olvides de ninguno de sus beneficios, y enlista los beneficios que has recibido.
  • Uno de ellos es que has recibido el perdón de Dios, has sido sanado por Él también.
  • Te ha rescatado, has recibido favores y misericordias de Dios.
  • Te ha dado nuevas fuerzas, como al águila.
  • Ha alejado tus rebeliones.

Y si, bendícelo. Bendice a Dios porque su Misericordia es grande, haz su voluntad en tu vida. Que Él sea el Señor de tu vida.

Pensando en RƎVƎRSƋ

Efesios 2:1 TLA

(1)  Antes, ustedes estaban muertos para Dios, pues hacían el mal y vivían en pecado

Antes, yo vivía de acuerdo a esta forma de pensar:

Dios no existe

Es muy tonto pensar que

Hay un Dios que todo lo sabe y tiene un plan cósmico

Que hay un Dios Todopoderoso y tiene un propósito para cada persona y para este mundo que sufre

De cualquier manera, es muy cómodo pensar así

Sólo es un pensamiento idealista

La gente puede hacer lo que ellos quieran sin consecuencias eternas

La idea de que

Yo merezco el infierno

A causa del pecado

Es una mentira para hacerme esclavo de los que están en el poder

“Cuanto más tengas, más feliz serás”

Nuestra existencia no tiene gran significado o propósito

En un mundo sin Dios

Hay libertad para ser quien yo quiero ser

Pero con Dios

La vida es un círculo lleno de culpa y vergüenza

Sin Dios

Todo está bien

Es ridículo pensar que

Yo estoy perdido y necesito ser salvo

Esto es antes de vivir en Cristo, una vez que el abrió mis ojos y cambió mi corazón y revirtió mi forma de pensar

Ahora, lee en reversa, de abajo hacia arriba y luego:

Efesios 2:4 TLA

(4)  Pero Dios es muy compasivo, y su amor por nosotros es inmenso.

Traducción libre de: http://www.godtube.com/watch/?v=9C2E1MNU

¡Adoremos a Dios como lo hacen las hormigas!

 

Alabemos a Dios como las hormigas

 

Salmos 100:1-5 TLA
(1)  Habitantes de toda la tierra, griten con todas sus fuerzas: ¡Viva Dios!
(2)  ¡Adórenlo con alegría! ¡Vengan a su templo lanzando gritos de felicidad!
(3)  Reconozcan que él es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Nosotros somos su pueblo: ¡él es nuestro pastor, y nosotros somos su rebaño!
(4)  Vengan a las puertas de su templo; ¡denle gracias y alábenlo!
(5)  Él es un Dios bueno; su amor es siempre el mismo, y su fidelidad jamás cambia.

Oh si, cada vez que nos reunimos en la congregación damos a conocer que tenemos una fe en común y que al enfocarnos en Dios, Él es nuestra razón de ser. Ahora, aquí les digo algo: cuando esto pasa, cosas suceden, cosas que no nos habíamos imaginado que pasarían o que sentiríamos.

Si, la alabanza es celebrar a nuestro Dios mientras declaramos su Verdad.

Es bueno alabar solo; pero hacerlo en grupo es maravilloso. Me parece que no es tan importante que deba ser en una megaiglesia; pero si que se haga en grupo. Se genera un principio de unidad cuando ves a los demás alabar al Señor y te contagias de su alegría.

Necesitamos congregarnos regularmente. Hay algo, que es importante y que es del Reino de Dios que perderás si no lo haces.

Mira, si todo se basara en «recibir» Palabra, bastaría con que te enviara mails de mis prédicas, los leyeras y listo; pero cuando no nos congregamos perdemos algo que es muy importante: la presencia de Dios en compañía de los demás hermanos.

Dios es relacional y nos hizo relacionales. Así trabaja Dios con la gente, con nosotros.

Lo importante no es la información ni el conocimiento que tengas.

Para mí, la parte más importante de un servicio es la adoración que le das a Dios. Veo que muchas personas llegan a la iglesia al tiempo de la prédica sin alabar a Dios, escuchan la Palabra; pero sus vidas no son transformadas, se van igual, no le han dado nada a Dios. Hagamos la diferencia, alabemos al Señor como lo hacen las hormigas.

Veamos el poder de Dios y el impacto que puede causar en nuestras vidas. ¡Alabémosle! ¡Adorémosle!